El libro de los Baltimore, Joël Dicker

 


    Con esta novela terminé el 2023 y comencé el nuevo año.

   Tenía que haberme puesto en guardia cuando los comentarios a la novela están precedidos por los premios conseguidos con la anterior:

Por el ganador del Premio Goncourt des Lycéens, del Gran Premio de Novela de la Academia Francesa, del Premio Lire, del Premio Qué Leer y del Premio San Clemente.

    

    La compré en Cádiz, a donde me fui a pasar unos días de navidades de 2023. A pesar de que llevaba una novela bastante gordita (Lecciones de química, de Bonnie Garmus, que me encantó), tuve que comprar esta porque la anterior la devoré. Buscaba algo que me enganchara y que no fuese demasiado profundo (hay veces que una necesita lecturas que no hagan pensar demasiado).

    Me decidí por esta por dos motivos: uno, había leído La verdad sobre el caso Harry Quebert (que me había enganchado y gustado) y dos, las críticas tan positivas a esta novela (incluyendo un podcast de libros que suelo seguir y del que me fío bastante). 

    Esta novela no tiene nada que ver con La verdad... Reconozco que me esperaba algo parecido o al menos en la misma línea de resolver un misterioso asesinato.

    Leída la novela, las críticas me parecen un tanto ridículas: «El Libro de los Baltimore es una novela titánica, nabokoviana, altamente recomendable».

   Significado de titánico: "desmesurado, excesivo" (RAE). A ver... novelas titánicas son En busca del tiempo perdido, Ulises o Los Buddenbrook. Pero, ¿esta?

    Dicker recupera al escritor Marcus Goldman para contar una historia familiar muy trágica (o más bien cabría hablar de dos historias familiares). La estructura está enfocada a engancharte así como el ritmo de la narración. Cada capítulo termina con un clímax que te obliga a seguir leyendo, como si de una serie de Netflix se tratara. Es una novela muy bien trabajada y con unos personajes que van adquiriendo profundidad a medida que va avanzando la novela. Todo gira en torno al Drama (la gran incógnita), que es el eje sobre el que se estructura la historia. Hasta ahí bien.

Peeeero...

...la historia se va volviendo cada vez más previsible y eso, creo, que ha sido determinante para que la historia (o las historias del libro) no  me conmovieran apenas nada (solo de uno de los personajes, que no voy a desvelar). 

    Con cada giro mostraba indiferencia. Quizás porque hay (en mi opinión) un exceso de calamidades que convierten la historia en un sinfín de tragedias. Los giros son necesarios para mantener la intriga, sí, pero su acumulación en el tercio final de la novela solo puede redundar en una falta de credibilidad y en un exceso de incredulidad.

    No hay reflexiones profundas y las que hay parecen escritas para lectores poco exigentes.

    Y luego están las casualidades increíbles, que funcionan muy bien en la vida real (de esas que cuando te pasan, dices: "Es que la realidad supera la ficción"), pero que en una novela tienen que estar muy bien traídas para que funcionen y te las creas sin cuestionar nada. 

    Un ejemplo:

Primeras páginas: Marcus acaba de mudarse para escribir un libro (sobre la familia Baltimore). Aparece un perro perdido. Lo mete en su casa y le da de comer. Al día siguiente busca al dueño y resulta que el perro pertenece a su exnovia, que vive puerta con puerta con su novio actual.

    En conclusión: que si te apetece leerla, encontrarás una historia entretenida que medio te enganchará pero que no va a aportarte nada útil (ni malo ni bueno) ni te hará pensar ni te enseñará nada. 

    

Y ahora me toca a mí plantear una intriga personal: 

¿Por qué la manía de comparar a Dicker con Nabokov? 





Los destrozos, Bret Easton Ellis

    Cuando leí (recién salido) American Psycho, me había gustado mucho. Es una novela que todavía recuerdo, y sobre todo me viene a la cabeza el estilo tan peculiar de este escritor.

          
    Los destrozos no sé si la supera porque tendría que releer la otra para saberlo. Pero sí puedo decir que te mantiene en una tensión continua y que se lee de una forma muy fluida. La novela engancha sin remedio y no te aburre en ningún momento. 

El suspense está asegurado.

    Fue el tocho del verano de 2023 (680 páginas) y cuando escribí el comentario en instagram comparé esa tensión narrativa a "la lluvia de hoy, que no sabes cuándo va a volver a descargar a lo bestia".

    Narra en primera persona unos hechos que le sucedieron al propio escritor en 1981 (cuando tenía 17 años) con un asesino en serie pululando por L.A. y una secta de pirados. 


Argumento:
A sus diecisiete años, Bret está a punto de empezar su último curso de secundaria en Buckley junto a su exclusivo y sofisticado grupo de amigos: Thom, Susan y Debbie, novia de Bret, experimentan con el sexo, el alcohol y las drogas mientras aprovechan los últimos días de verano. Pero este sueño paradisiaco se desmorona con la llegada de un nuevo alumno: Robert Mallory es brillante, guapo y carismático, pero algo en él no encaja, y nadie más que Bret parece darse cuenta de que ese algo podría estar relacionado con la aparición del Arrastrero, un asesino en serie que amenaza a los adolescentes de la ciudad y a sus mascotas.





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