Quijote interactivo


La Biblioteca Nacional ha subido a la red la edición original e interactiva de Don Quijote de la Mancha, de Cervantes. Con este proyecto, denominado Quijote interactivo, se ofrece la posibilidad de acceder a las versiones de 1605 y 1615 con una música de fondo muy apropiada.

En la web se ofrece, además, un mapa con las aventuras donde transcurrieron los avatares de don Quijote; un esquema con las ediciones que se sucedieron por la misma época; un apartado para los libros de cabellería, en donde se examinan las relaciones del texto de Cervantes con los de otros héroes caballeresco, o la vida en la España del siglo XVII (gastronomía, danza, juegos...).

En fin, una maravilla al alcance de todos para poder disfrutar de una manera distinta del libro más importante de la literatura universal.

Historia contada con señales de tráfico

He visto por la red esta historia contada con señales de tráfico. Me ha parecido divertida, así que la incluyo aquí. No puedo poner datos de autoría, porque no los he encontrado.

Si necesitas verla más ampliada, puedes pinchar sobre la imagen.



Y tú... ¿te atreverías a relatar una historia con iconos?

"Primeras letras", Eduardo Galeano


 

De los topos, aprendimos a hacer túneles.
De los castores, aprendimos a hacer diques.
De los pájaros, aprendimos a hacer casas.
De las arañas, aprendimos a tejer.
Del tronco que rodaba cuesta abajo, aprendimos la rueda.
Del tronco que flotaba a la deriva, aprendimos la nave.
Del viento, aprendimos la vela.
¿Quién nos habrá enseñado las malas mañas? ¿De quién aprendimos a atormentar al prójimo y a humillar al mundo?

La retórica: ars bene dicendi

La retórica es el arte de bien decir (ars bene dicendi), de dar al lenguaje escrito o hablado eficacia bastante para deleitar, persuadir o conmover.

Su curioso origen es completamente ajeno a la literatura: en el siglo V a.C., en Siracusa, los tiranos Gelón e Hierón realizaron expropiaciones de tierras, que más tarde, con el advenimiento de la democracia, serían anuladas; esta situación provocó numerosos pleitos por derechos de propiedad, en los que se advirtió el valor de la elocuencia para defender causas judiciales.

Simultáneamente, desde una perspectiva política, la propia democracia cimenta la importancia de la persuasión verbal. Además del discurso judicial y político, el elogio funerario, en el que se trata de demostrar convincentemente las virtudes del difunto, también entraría en el radio de acción de la nueva disciplina. Es en este contexto en el que comienza a desarrollarse la enseñanza de la retórica.




Imagen de Quintiliano, el mejor profesor de retórica del mundo antiguo, junto con Isócrates, que dijo cosas tan inteligentes como 

Lo que tú mismo odias, no se lo hagas a nadie

que podría convertir en mi lema, porque siempre voy diciendo que nunca hay que hacer lo que no quieres que te hagan a ti.

Hay más frases de Isócrates en la web Inspiraa.








Si quieres irte a los infiernos, guarda estos mandamientos




DECÁLOGO DE MAQUIAVELO

  1. En lo exterior, trata a todos con agrado, aunque no ames a ninguno.
  2. Sé muy liberal en dar honores y títulos a todos, y a alaba a cualquiera.
  3. Si lograres un buen empleo, sirve en él solo a los poderosos.
  4. Aúlla con los lobos (esto es: acomódate a seguir el carácter del que te convenga, aunque sea en lo más criminal).
  5. Si oyeres que alguno miente en favor tuyo, confirma su mentira con la cabeza.
  6. Si has hecho algo que no te importe decir, niégalo.
  7. Escribe las injurias que te hagan en pedernal, y los beneficios en polvo.
  8. A quien trates de engañar, engáñale hasta el fin, pues para nada necesitas su amistad.
  9. Promete mucho y cumple poco.
  10. Sé siempre tu prójimo tú mismo, y no tengas cuidado de los demás.


Como aclaración hay que decir que este decálogo está recogido en la obra Don Catrín de la Fachenda escrita por José Joaquín Fernández de Lizardi, quien recoge a pie de página la siguiente nota:

Nicolás Maquiavelo, astuto escribano de Florencia, y después un falso político de Francia, escribió a sus sectarios este maldito decálogo, que trae Alberto Magno en el prefacio de su obra titulada: Bonus politicus, etc.


El discurso de don Cándido a Catrín (capítulo IX) es una clara parodia de la obra Il Principe (1513) de Maquiavelo porque atribuye al político italiano un decálogo que nunca escribió.

Amin Maalouf, premio Príncipe de Asturias

Hoy se celebró el acto de entrega de los Premios Príncipe de Asturias en Oviedo.

El Premio de las Letras fue para Aamin Maalouf, escritor libanés que lleva varios años viviendo en París tras el estallido de la guerra civil en su país natal.





De su discurso, me quedo con su importantísima (por ser tan necesaria) reivindicación que hace de la cultura, especialmente hoy en día, un mundo al revés en el que parece que cuanto más inculto seas, más consideración social tienes.

La cultura no es un lujo que podamos permitirnos sólo en las épocas faustas. Su misión es formular las preguntas esenciales. ¿Quiénes somos? ¿Dónde vamos? ¿Qué pretendemos construir? ¿Qué sociedad? ¿Qué civilización? ¿Y basadas en qué valores? ¿Cómo usar los recursos gigantescos que nos brinda la ciencia? ¿Cómo convertirlos en herramientas de libertad y no de servidumbre?

Este papel de la cultura es aún más crucial en épocas descarriadas. Y la nuestra es una época descarriada. Si nos descuidamos, este siglo recién empezado será un siglo de retroceso ético [...] Se recrudecen las afirmaciones identitarias, violentas en muchísimas ocasiones y, en muchísimas ocasiones, retrógradas; se debilita la solidaridad entre naciones y dentro de las naciones; pierde fuelle el sueño europeo; se erosionan los valores democráticos; se recurre con excesiva frecuencia a las operaciones militares y a los estados de excepción... Abundan los síntomas.


Y yo me pregunto: ¿cuándo empezaremos a escuchar a los que, de verdad, tienen algo que decir?

[Discurso íntegro]

Goliardo

Esta palabra viene del francés antiguo gouliard. La RAE recoge dos acepciones:

  • La primera, como adjetivo, significa: "Dado a la gula y a la vida desordenada; seguidor del vicio y del demonio personificado en el gigante bíblico Goliat".
  • La segunda, como sustantivo, se refiere a un clérigo o estudiante vagabundo de la Edad Media, que llevaba vida irregular.
Aparentemente, el nombre procede de gula («goloso»), por su insaciable apetito, y de la analogía fonética de Golias, que procede del gigante bíblico Goliat, al que se identificaba desde antiguo con el diablo. Desamparados por la Iglesia, se hacían itinerantes, vagabundos, de espíritu transgresivo y provocador.


A mediados del siglo XIII, deambulaban por las tabernas, universidades y otros lugares públicos, cantando y declamando sus poemas satíricos, un tanto cínicos, muchas veces denunciando los abusos y la corrupción de la propia Iglesia, o poemas eróticos, frecuentemente muy osados. Las composiciones, casi siempre anónimas, son muy diversas: desde poemas sencillos hasta otros muy elaborados y retóricos.

Su tendencia al amor, al juego y al vino marcan sus composiciones poéticas reunidas en los Carmina Burana, nombre dado a la colección de cantos goliardos de los siglos XII y XIII.


En España, los goliardos eran llamados sopistas y, de ellos, derivaría la actual tuna por su carácter alegre y pícaro.


[Imágenes: la primera la he tomado de Bitácora de lengua; la segunda es el Codex Buranus (Carmina Burana)]

Videoconsola marca "libro"

Nobel de Literatura: Mario Vargas Llosa

Esta semana pasada fue una semana de enhorabuena para el idioma español y el mundo hispano. Mario Vargas Llosa recibía el Premio Nobel de Literatura 2010 en un reconocimiento que ha sido merecidísimo. De esta forma, Vargas Llosa forma parte de la larga lista de nobeles de nuestra lengua: Juan Ramón Jiménez, Vicente Aleixandre, Gabriela Mistral, Neruda y otros cuantos más.

Tuve, hace un año, el gran privilegio de tenerlo delante en un acto de la RAE, de la que forma parte desde 1996 y, a pesar de ello, me quedé plantada como un pasmarote sin atreverme ni siquiera a acercarme para expresarle mi admiración.

Es de agradecer que, después de varios años en los que los ganadores han sido escritores poco conocidos (me consta que no solo por mí sino por una gran parte de los ciudadanos), se lo hayan dado a alguien que sí lo es, bien por sus novelas, bien por sus artículos en prensa, o por ambos motivos.

Dejo aquí un enlace con los diez mejores enlaces para entender el universo de Mario Vargas Llosa (El País).

Por cierto, si nadie se ha leído nada de él, puede empezar por La ciudad y los perros, una sobrecogedora historia de militares y cadetes. Además, fue una de las obras que contribuyó a la renovación de la novela en nuestro país en 1962 (junto, por supuesto, con la rompedora Tiempo de silencio, de Martín Santos).

Sor Juana Inés de la Cruz

Maravillosa sor Juana Inés de la Cruz, una de las mejores poetas hispanas del siglo XVII y una de las personalidades más atractivas de su época. Fue una niña prodigio que a los tres años ya sabía leer y escribir y que a los ocho escribió su primera loa.


Su fuerte personalidad chocó con las convenciones de la época. Tenía una escasa vocación religiosa, pero prefirió vivir bajo el techo de un convento antes que casarse, así podía mantener alimentado su espíritu y su intelecto:

Vivir sola... no tener ocupación alguna obligatoria que embarazase la libertad de mi estudio, ni rumor de comunidad que impidiese el sosegado silencio de mis libros.

La vida en un convento era una solución frecuentemente adoptada por las jóvenes en un siglo, el XVII, en el que la religión se infiltra en las actividades más cotidianas.

Utilizaba un curioso método para aprender consistente en controlar con su cabello el tiempo que le llevaba memorizar algo:
Empecé a deprender gramática, en que creo no llegaron a veinte las lecciones que tomé; y era tan intenso mi cuidado que siendo así que en las mujeres -y más en tan florida juventud- es tan apreciable el adorno natural del cabello, yo me cortaba de él cuatro o seis dedos, midiendo hasta dónde llegaba antes e imponiéndome ley de que si cuando volviese a crecer hasta allí no sabía tal o tal cosa [...] me lo había de volver a cortar en pena de la rudeza. Sucedía así que él crecía y yo no sabía lo propuesto, porque el pelo crecía aprisa y yo aprendía despacio, y con efecto lo cortaba en pena de la rudeza, que no me parecía razón que estuviese vestida de cabellos cabeza que estaba desnuda de noticias, que era más apetecible adorno.

Y dejo aquí el que, para mí, es uno de los sonetos de amor más maravillosos de la poesía española de todos los tiempos.

En que satisface un recelo con la retórica del llanto

Esta tarde, mi bien, cuando te hablaba,
como en tu rostro y tus acciones vía
que con palabras no te persuadía,
que el corazón me vieses, deseaba;

y Amor, que mis intentos ayudaba,
venció lo que imposible parecía,
pues entre el llanto que el dolor vertía,
el corazón deshecho destilaba.

Baste ya de rigores, mi bien, baste;
no te atormenten más celos tiranos,
ni el vil recelo tu quietud contraste

con sombras necias, con indicios vanos,
pues ya en líquido humor viste y tocaste
mi corazón deshecho entre tus manos.

(La metáfora "líquido humor" por "lágrimas" está relacionada con la teoría de los humores que forman el cuerpo humano.)



Más sobre sor Juana:
- Biografías y vidas.
- En Wikipedia.

Lecturas del verano

Sigo actualizando el blog tras la gran pausa veraniega. No quiero dar envidias, pero mi desconexión ha sido total. Este año, sobre todo, he estado dibujando, así que no leí mucho, la verdad. Solo tres novelas, aunque una de ellas vale por tres:



La dama del sudario, de Bram Stoker: ambientada en un mítico país de los Balcanes, a principios del siglo XX, la historia nos llega a través de diarios, cartas e informaciones de prensa. Terror gótico que tiene como protagonista a un joven que conoce a una misteriosa dama. Aunque no hay nada que supere a Drácula, la novela está bastante bien al principio, luego va flojeando hasta que se convierte en un auténtico coñazo durante las 200 últimas páginas.




Los hermanos Karamázov, de F. Dostoyevski: nada nuevo voy a aportar sobre este clásico de la literatura universal. Confieso sin avergonzarme que he pasado de corrido algunas de las mil y pico páginas que solo contenían digresiones que no me interesaban. La novela se aproxima a Crimen y castigo por su carácter existencialista, corriente filosófica cuyo punto de partida es "Si Dios no existe, todo está permitido" y, como consecuencia, el hombre está abandonado. Es insuperable en el tratamiento de los entresijos del alma humana. con todas sus bajezas, pasiones y autodestrucciones.




El velo pintado, W. Somerset Maugham: entretenida historia de amores no correspondidos que, aunque al principio se parece más a una típica novela rosa sin más pretensiones, en cuanto se desencadena el conflicto se pone interesante. Cortita y entretenida, engancha relativamente. 

Pleonasmos (redundancias en el lenguaje)

En la lengua, especialmente en el habla (aunque también aparece en la escritura) es habitual el uso de redundancias que, como tales, son innecesarias. Ahí van algunas de ellas:

- A las doce del mediodía o A las doce de la medianoche: en los términos medianoche y mediodía ya está recogida la información de "las doce". Así pues, el mediodía corresponde aproximadamente a las doce de la mañana, y la medianoche a las doce de la noche.
- Subir arriba o bajar abajo.
- Ver con los propios ojos: aunque si bien es cierto que en el Cantar de Mio Cid aparecen expresiones como "De los sus ojos tan fuertemente llorando" o "llorando de los ojos", en ese caso cumple con una función poética que nada tiene que ver con el habla habitual.
- Hablar tres idiomas diferentes.
- Bifurcarse en dos direcciones.
- Peluca postiza.
- Prever con antelación.
- Utopía incanzable.
- Volver a releer.
- Dar portazos a la puerta.
- Accidente fortuito.
- Actualmente en vigor.
- Aterido de frío.
- Autodefinirse.
- Casualidad imprevista.
- Clímax máximo.
- Asomarse al exterior.

Hay muchas más. Si a alguien se le ocurren otras, encantada de que las aportéis.

Cotilla

Es curioso el origen de este término.

En la RAE aparece como diminutivo de cota y en su primera acepción significa "ajustador que usaban las mujeres, formado de lienzo o seda y de ballenas", es decir, lo que conocemos como corsé. La cota era un arma defensiva del cuerpo, que se usaba antiguamente.


Cotilla


En su segunda acepción significa: "persona amiga de chismes y cuentos".




Según el Inventario general de insultos de Pancracio Celdrán, parece que el término deriva de la voz "cotilla" ya usada en el primer cuarto del siglo XVII con el valor ya mencionado de "corsé". Por ser artilugio exclusivamente femenino en su origen, el término pudo haberse extendido en su significación para calificar a la mujer chismosa, que quiere entrar en pormenores y detalles de vidas ajenas. Sin embargo, cuando la voz se utilizaba con el significado principal de "corsé", no tenía el valor semántico de chismosa.

El caso es que en el siglo XIX existió un personaje: la tía Cotilla, fanática antiliberal que llegó a matar por sus ideas radicales. En la Historia del Saladero, de Morales Sánchez, se aborda el personaje, una tal María de la Trinidad Cotilla, que estuvo al frente de una pandilla de ideas políticas absolutistas. Sus crímenes le valieron la pena capital, que se ejecutó en Madrid. Tenía una red de espías y chivatos a los que llamó "cotillas" (en alusión a quien pagaba sus servicios, esto es, María de la Trinidad Cotilla) que la ponían al corriente de cuanto ella estimaba que debía saber. A su muerte su nombre pasó a convertirse en sinónimo de persona que se presta a la murmuración y al chismorreo, a llevar y traer infundios, sin importarle la honra de los demás. De ahí la acepción que la RAE recoge posteriormente: "persona amiga de chismes y cuentos".


[Imágenes: cotilla; Pasión cotilla, Forges]

Jugando con las palabras

Convertir en un juego la lengua con la que hablamos es la mejor manera de interesarse por ella y de hacerla llegar a un gran número de personas.

Ha aparecido en El País un reportaje (Una palabra para honrar a la lengua) sobre las iniciativas lúdicas que ha propuesto el Instituto Cervantes sobre el español.



Una es el Ficcionario: todo el que quiera puede inventar una palabra. Yo he contribuido con "liricuento", término que pretende reunir todos aquellos cuentos -que son muchos- que expresan emociones y sentimientos de forma narrativa (la palabra está en proceso de aprobación). También se pueden votar palabras inventadas. Curioseando, me he topado con "esgaépolis" (sí, va de la SGAE jejejeeee...) a la que, por supuesto, he votado porque me parece buenísima.

Desde la página también invitan a proponer la palabra favorita del español. Esta es ya más difícil y me cuesta decidirme por una. La misma "palabra" ya es bonita, y hay otras más que me encantan: mariposa, camposanto, lirio, iris, ambar, amistad, cariacontecido, adivinanza... Hay un listado de las que los amantes del español han votado como sus favoritas. La más votada hasta ahora es "cachivache" y la segunda "libertad".

Novedades en la página son la elaboración de pictogramas (palabras ilustradas) tanto de palabras ya existentes como de inventadas, y el juego del español, un juego tipo Scrabble que permite medir el grado de conocimiento del español. El juego está realmente bien y os invito a que participéis. Podéis retaros tanto con la máquina como con otros contrincantes y hay varios niveles.

Todo esto se ha hecho con motivo de la celebración del Día del Español que tendrá lugar el sábado 19 de junio en los 73 centros que el Instituto Cervantes tiene repartidos por el mundo. El Día E es una jornada de puertas abiertas a la que puede asistir quien quiera. En la sección actividades hay un enlace en el que en breve aparecerán todas las actividades que se realizarán en cada uno de los centros.

[Imagen: El País (espero que no pase nada)]


Dafne y el laurel

El mito de Dafne es uno de los que más huellas ha dejado en nuestra literatura. Esta ninfa fue amada por Apolo, de quien pudo escapar convirtiéndose en laurel, planta que desde entonces fue consagrada a Apolo, dios de la poesía, de la música y de las artes.



El mito cuenta que un día Apolo la oyó cantar y se quedó prendado de su voz. Ella, que había jurado no pertenecer jamás a un hombre, echó a correr intentando encontrar un escondite. Ante la insistencia de él, ella buscó ayuda a la Tierra quien, ante sus súplicas, comenzó a transformarla en árbol. Apolo, completamente dolido, declaró que ese árbol sería consagrado a su culto.


El laurel, como planta consagrada al dios de la juventud y de las artes, se utilizaba en la Antigüedad para coronar a los vencedores de los concursos de canto y poesía y también a los atletas. En Roma, además, se convirtió en símbolo de victoria de emperadores y generales.


Esta costumbre se extendió a la Edad Media, donde los poetas, artistas y doctores recibían coronas de laurel, de ahí el verbo laurear (premiar) y el adjetivo laureado, que en la actualidad designa a una persona galardonada con diversos premios.

La palabra bachillerato, por otra parte, procede de la forma latina baccae lauri(atus) que significa 'coronado con bayas de laurel'.

Hoy, la corona de laurel es el emblema del Premio Nobel.

También tiene su origen en esta asociación la expresión dormirse en los laureles, que significa 'descuidarse o dejar de esforzarse después de haber triunfado'.

Es curiosa la creencia del laurel como planta profética por ser Apolo también dios de la profecía: en los oráculos existía la costumbre de arrojar hojas de laurel al fuego. Si crepitaban era buen augurio mientras que si ocurría lo contrario, era señal de funestos sucesos.

Durante los siglos de oro (siglos XVI y XVII), el mito de Apolo y Dafne fue ampliamente tratado por nuestros poetas. De Garcilaso de la Vega es el célebre soneto XIII:

A Dafne ya los brazos le crecían
y en luengos ramos vueltos se mostraban;
en verdes hojas vi que se tornaban
los cabellos qu’el oro escurecían;

de áspera corteza se cubrían
los tiernos miembros que aun bullendo ’staban;
los blancos pies en tierra se hincaban
y en torcidas raíces se volvían.

Aquel que fue la causa de tal daño,
a fuerza de llorar, crecer hacía
este árbol, que con lágrimas regaba.

¡Oh miserable estado, oh mal tamaño,
que con llorarla crezca cada día
la causa y la razón por que lloraba!


Otras referencias literarias las encontramos en Juan de Tassis, conde de Villamediana (Fábula de Apolo y Dafne); en Juan de Arguijo (Apolo a Dafne); Diego Hurtado de Mendoza ('¡Hermosa Dafne, tú que convertida...') o en Quevedo con varios sonetos desmitificadores como A Apolo persiguiendo a Dafne:

Bermejazo platero de las cumbres,
a cuya luz se espulga la canalla:
la ninfa Dafne, que se afufa y calla,
si la quieres gozar, paga y no alumbres.

Si quieres ahorrar de pesadumbres,
ojo del cielo, trata de compralla:
en confites gastó Marte la malla,
y la espada en pasteles y en azumbres.

Volvióse en bolsa Júpiter severo;
levantóse las faldas la doncella
por recogerle en lluvia de dinero.

Astucia fue de alguna dueña estrella,
que de estrella sin dueña no lo infiero:
Febo, pues eres sol, sírvete de ella.


O este otro titulado A Dafne huyendo de Apolo:

Tras vos, un alquimista va corriendo,
Dafne, que llaman Sol, ¿y vos tan cruda?
Vos os volvéis murciégalo sin duda,
pues vais del Sol y de la luz huyendo.

Él os quiere gozar, a lo que entiendo,
si os coge en esta selva tosca y ruda:
su aljaba suena, está su bolsa muda;
el perro, pues no ladra, está muriendo.

Buhonero de signos y planetas,
viene haciendo ademanes y figuras,
cargado de bochornos y cometas."

Esto la dije; y en cortezas duras
de laurel se ingirió contra sus tretas,
y, en escabeche, el Sol se quedó a escuras.


El tema también sería tratado por Lope de Vega en la obra dramática El amor enamorado, comedia publicada póstumamente en 1635.


Más información sobre los contenidos de esta entrada:
- Apolo: página de la Junta de Andalucía.
- Sobre los significados del laurel y sus fuentes clásicas en la Edad Media y el Siglo de Oro, trabajo de J. Salazar Rincón de la UNED: en Cervantes Virtual.
- El universo mitológico de las fábulas de Villamediana (La Fábula de Apolo y Dafne), guía de lectura de Lidia Gutiérrez Arranz.

[Imágenes: Apolo y Dafne de Bernini; árbol del laurel; Julio César de Rubens]

Laísmo, leísmo, loísmo

Intentar explicar estos fenómenos dialectales con el fin de que los que los cometen se corrijan es bastante complicado por dos razones: la primera porque, en general, se suelen producir en el habla; la segunda es una consecuencia de la primera: cuando hablamos, nadie se para a pensar a bote pronto si ese la/lo o le mal utilizado corresponden al Complemento Directo (CD) o al Indirecto (CI). Así que se me plantea un pequeño reto (reto sugerido por mi primo, que conste).

Para empezar hay que decir que tanto el laísmo, como el loísmo y leísmo surgen en Castilla en la Edad Media y ya se documentan en los primeros textos medievales del centro peninsular. Así que en absoluto son fenómenos recientes y están tan arraigados entre los hablantes de ciertas zonas que es muy difícil corregirlos. Y a vueltas con este problema llevamos desde entonces. 

Buceando por la red, en primer lugar me voy a la Real Academia de la Lengua y descubro que... no me sirve, porque creo que la explicación es demasiado gramatical, con lo cual nos alejamos de la intención práctica de este post (aunque lo tengo como referencia para estas explicaciones).

Acudo a otras webs y tampoco me sirven (aunque las incluyo aquí por si a alguien le interesa profundizar en el tema): Defensor del castellano, La guía 2000, Centro Virtual Cervantes (esta última tal vez sea la que lo expone de una manera más clara y sencilla). 

ACTUALIZADO: en la web de la Fundéu también tenemos una entrada con este tema más o menos clara.


Bien, visto lo visto, vamos con mi explicación:

En primer lugar explicaré el LAÍSMO y LOÍSMO. Para empezar, tenemos que tener en cuenta que tanto el pronombre LA como LO son siempre Complemento Directo (CD). Vaya, pensaréis, esta ha caído en lo mismo que critica. Paciencia. Hay cosas que hay que explicar acudiendo aunque solo sea un poquito a la gramática; el LE siempre es Complemento Indirecto (CI).

Hecha esta salvedad, vamos a los ejemplos, que es lo que nos aclarará un poco las cosas.

👉 Si yo digo una frase como: Ayer compré un libro a Lola, nos encontramos con dos sintagmas que funcionan como CD: un libro; y CI: a Lola. ¿Que cómo lo sé? Pues simplemente porque acudo a la prueba de la sustitución pronominal: Ayer le compré un libro (ese le sustituye a Lola) o Ayer lo compré a Lola (ese lo sustituye a libro).

Si como hablante, digo por lo tanto: *Ayer la compré un libro (a Lola), estoy cometiendo un caso claro de laísmo, porque ese LA solo puede referirse al objeto, es decir, al libro (que, además, es masculino singular). 

Otro ejemplo: Ayer compré una chaqueta a Lola. En esta oración, ¿qué sustantivo puede sustituirse por LO o LA? RESPUESTA: Ayer compré LA a Lola (dicho con la gramática correcta: Ayer LA compré a Lola / Ayer se LA compré a Lola). Sustituyo la chaqueta por LA (la chaqueta es el CD).

👉Como el hablante no piensa en estas cuestiones mientras habla, en caso de duda, puedes pensar en Ayer se lo compré. Ese se es la adaptación en el castellano de le (*Ayer le lo compré, que sería lo correcto).

👉 Vamos ahora con el LEÍSMO, que consiste en el fenómeno contrario, es decir, utilizar le en lugar de la o lo. El problema principal con el leísmo es que está admitido en el caso de masculino singular, pero no en femenino. Ejemplo:

Vi a Juan en ese bar > Lo vi en ese bar > Le vi en ese bar (todo es correcto)
Vi a Pepa en ese bar > La vi en ese bar > *Le vi en ese bar (no hay que decir cómo chirría ese le)


👉 Otros casos más difíciles los encontramos en oraciones como: Escribí a mi hija: ¿La escribí o le escribí? La duda nos la quitamos cuando transformamos la oración a pasiva (que es otra forma de comprobar cuándo un sintagma funciona como CD: *Mi hija fue escrita por mí, por lo tanto lo correcto es Le escribí.

👉 Igual que Abrí a mi vecino > Le abrí (ya que no puedo decir: *Mi vecino fue abierto por mí). Pero sí puedo decir: Abrí la puerta a mi vecino > La puerta fue abierta por mí; o Escribí una carta a mi hija > Una carta fue escrita por mí (el CD es lo que, en la oración pasiva, pasa a funcionar como sujeto paciente).

👉 Lo que no se admite de ningún modo es el leísmo cuando el referente es inanimado: *El libro le leí ayer; *El cuaderno le terminé; *El coche le arreglé... y tampoco se admite cuando el referente es mujer: *Le llaman por teléfono; *Le invitaron al cine; *Le cogieron desprevenida...
Y tal vez sea esta última regla la que resuma todo lo expuesto hasta aquí.


El tema es amplio y complejo, y lo explicado aquí es muy básico. A quien le interese profundizar en el tema puede leer las entradas laísmo, loísmo y leísmo del Diccionario Panhispánico de Dudas.

Si alguien tiene algo que decir al respecto que yo me haya saltado (o algo en lo que me haya equivocado), por supuesto, puede dejar un comentario.


PRACTICA
💥Por último, os dejo unas frases para practicar. A ver si descubrís en cuales se dan casos de leísmo, laísmo y loísmo (las soluciones están debajo, pero no vale hacer trampas):

a) La di un regalo a Marcela.

         b) La busqué [a Josefa] por todas partes.

c) Una vez entregados los informes, los destruyeron.

         d) Una vez entregados los informes, los prendieron fuego.

e) Lo ordené ejecutar la sentencia.

         f) El veterinario curó al perro. Le curó.

         g) Juan regaló un pañuelo a su tía. Juan la regaló un pañuelo.

         h) Les preparó unos cócteles de chuparse los dedos.

         i) Limpió el pescado, quitándolo cuidadosamente las escamas.

         j) Las tienes que invitar al cumpleaños.






SOLUCIONES

(FRASES INCORRECTAS: a) debe ser le (laísmo); d) loísmo: debe ser les, que es lo que corresponde con verbos que funcionan como semi locuciones verbales: prender fuego, echar un vistazo, sacar brillo...); e) Le ordené... (loísmo); f) Lo curó, leísmo (si la transformo en pasiva compruebo que el perro es CD: El perro fue curado por el médico); g) Juan le regaló un pañuelo, laísmo (pañuelo es CD, por lo tanto a su tía, CI, se sustituye por le); i)...quitándole... (loísmo).


Espero haberos aclarado el tema, aunque sea un poco. La mejor manera de aclararse las dudas es plantearlas en una conversación de manera improvisada. Entrar en discusiones lingüísticas puede ser apasionante incluso para una persona que no sea filóloga... al fin y al cabo, es lo que usamos para expresarnos.

"Un adverbio se le ocurre a cualquiera", Juan José Millás


Así se titula el artículo con el que el escritor Juan José Millas ha ganado el premio Don Quijote de Periodismo. Está publicado en Interviú y es un homenaje a los que se ganan la vida con las palabras. El jurado ha destacado "la originalidad, la inteligencia y el humor que el trabajo ganador conjuga, para hacer un homenaje a los hispanohablantes, a la escritura y a las palabras en su totalidad".

En su artículo, Millás cuenta que, siendo niño, le impresionó tanto enterarse de que Hemingway cobraba sus artículos según el número de palabras que incluyese, que imaginó que ponía una tienda de palabras que vendía a precios diferentes.

En Clubcultura, que es donde tiene albergada su página oficial, pueden leerse sus articuentos, un género literario creado por él en el que una historia cotidiana se transforma, por obra de la fantasía, en un punto de vista para mirar la realidad de forma crítica.

Su gran capacidad creativa junto a un estilo llano y directo lo convierten (a mi entender sobre todo en el campo del relato), en uno de los mejores escritores actuales. Una gozada, vamos.


El imperativo también existe

Cada vez es más habitual observar (en el lenguaje oral, sobre todo) el mal uso que se hace del modo verbal cuando se trata de dar órdenes a una pluralidad de personas. Nos estamos acostumbrando a escuchar órdenes en infinitivo, cuando el uso correcto debería ser el imperativo. Por lo tanto, no se dice: comer, niños, sino comed, niños.

Sí está bien utilizado el infinitivo en el caso de introducir la frase por la preposición a: a comer, niños.

También es correcto el uso del infinitivo en el caso de que se dé la orden a un colectivo general, no concreto, como sucede en instrucciones, etiquetas, señales de tráfico o recomendaciones cívicas: no aparcar; no fumar; lavar a mano; pelar las patatas; etc. En estos casos, la razón para la utilización del infinitivo es que no se dan órdenes directas, sino que se consideran recomendaciones, obligaciones o prohibiciones de carácter general (se recomienda no aparcar; se recomienda no fumar; etc.).

Es también muy frecuente encontrar errores cuando el pronombre se pospone al tiempo verbal: quitaros de ahí, cuando lo correcto es quitaos de ahí (sin ese pronombre pospuesto se diría: quitad de ahí; al añadir el pronombre la -d desaparece). El único verbo que no pierde la desinencia es ir: lo correcto es idos de ahí (no iros de ahí, ni ios de ahí).

El motivo es una dejadez en la pronunciación (fonética) que va haciendo que lleguemos incluso a extrañarnos de la dicción correcta.

Termino con el soneto 42 de Lope de Vega (que, además de levantar el ánimo para quien lo necesite, sirve para practicar el imperativo, que también existe):

Dejadme un rato, pensamientos tristes,
que no me he de rendir a vuestra fuerza.
Si es gran contrario Amor, amor me esfuerza;
penad y amad, pues que la causa fuistes.

No permitáis, si de mi amor nacistes,
que la costumbre, que a volver me fuerza,
de mi firme propósito me tuerza,
pues en los desengaños me pusistes.

No queráis más que amar, amar es gloria;
no la manchéis con apetitos viles;
vencedme, y venceréis mayor victoria.

Si en Troya no hay traidor, ¿qué importa Aquiles?
Mas, ¡ay!, que es mujer flaca la memoria,
y vosotros cobardes y sutiles.


Más información sobre los contenidos de esta entrada:
- Real Academia Española
- Centro Virtual Cervantes
- El imperativo, Ramón Carnicer
- Sonetos de Lope de Vega
- Sobre Lope de Vega hay otras entradas en este blog

Sobre el uso de mayúsculas y minúsculas


Aunque el tema ortográfico de mayúsculas y minúsculas es el menos fijado en el idioma español, se pueden dar unas pautas generales que sirvan para no caer en la costumbre, cada vez más extendida, de poner mayúsculas a todo (como estamos habituados a ver en el alemán o inglés). Este uso se justifica, solamente, por el deseo de expresar exaltación, respeto, veneración o interés personal o colectivo, que nada tienen que ver con razones puramente ortográficas (son las llamadas mayúsculas subjetivas, como ocurre con palabras como ciencia, generación, arte, corporación, literatura, nación, reino, patria, institución, etc., que tienden a escribirse con mayúscula). De esta forma es habitual ver, por ejemplo en escritos religiosos, en mayúscula palabras como Misa, Cruz, Hostia, San Benito o Sagrada Forma (solo se admite en mayúscula Dios y Divinidad y cualquier sinónimo de estos: Creador, Hacedor, Altísimo...).

Como norma general orientadora debe tenerse en cuenta que el español debe tender a la minusculización.

Solo deben estar en mayúscula:

  • los nombres propios (antropónimos: Federico, Raimundo, Clotaldo... y topónimos: Santiago de Compostela, Italia, Atenas...) o específicos de algo (ley de Prensa e Imprenta; profesor de Lengua);
  • las palabras que comienzan oración o están después de punto (incluyendo los signos de exclamación e interrogación: ¿Lo ves? Cuando miré...);
  • los títulos de obras (El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha)

Por lo tanto, siempre deben escribirse en minúscula (pongo los errores más comunes):

  • los antenombres como señor, don, san o santo, venerable..., incluyendo los tratamientos extranjeros usados en español, que deben adaptarse a nuestra grafía;
  • los títulos, cargos y empleos como general, papa, duque, presidente... (el rey Juan Carlos; el papa Benedicto; el presidente Zapatero...). Solo en la correspondencia privada o comercial es lícito escribir con mayúscula el nombre del cargo siempre que no se añada el nombre del interesado (Estimado Señor Presidente) o cuando están abreviados (Sr. D. Martínez);
  • en cuanto a topónimos, no hay razón para escribir con mayúscula océano, río, península, sierra, golfo... aunque hay excepciones como Río de la Plata (nombre de un estuario), Selva Negra (grupo montañoso) o Picos de Europa (macizo del norte de España); lo mismo ocurre con la toponimia urbana: calle del Doctor Esquerdo, paseo de la Castellana, avenida de América, parque del Retiro...
  • los nombres de los planetas se escriben en mayúscula, incluyendo la Tierra (tierra con minúscula se refiere a la materia de que está compuesto nuestro planeta: un puñado de tierra), la Luna (luna con minúscula cuando hablamos de las fases de la luna: luna creciente, menguante, nueva... o expresiones como luna de miel) y el Sol (excepto expresiones como eres un sol);
  • los meses, días y estaciones del año se deben escribir en minúscula. No expresan lo mismo: por fin llegó julio que por fin llegó Julio. Solo se escriben con mayúscula cuando forman parte de nombres de festividades, fechas o acontecimientos históricos, vías urbanas, edificios, etc.: Viernes Santo, Primavera de Praga, plaza del Dos de Mayo, Hospital Doce de Octubre;
  • los nombres de los puntos cardinales (excepto cuando están abreviados: N, S, E, O);
  • en cuanto a los apodos, el artículo no forma parte de ellos, por lo que se debe escribir Manuel Benítez, el Cordobés; Doménikos Theotokópoulos, el Greco);
  • después de dos puntos se escribe siempre en minúscula, excepto cuando se citan palabras textuales (Dice el refrán: "Año de nieves, año de bienes") o en una carta: Estimado amigo: [punto y aparte] Como te comenté...);
[Imagen: Galaxio.com]

Yo, Claudio, Robert Graves

Voy acordándome de lecturas hechas el año pasado (es el problema de no ir anotándolas, pero por mucho que me lo proponga, jamás lo hago; y si empiezo a hacerlo luego me olvido de que lo estoy haciendo).

Allá por enero de 2009, decidí que ya era hora de quitarme una vieja espina viajera y saqué billete a Roma para Semana Santa. Para saborear más mi visita a la ciudad eterna, me enfrasqué en la lectura de otra espina, esta vez literaria: Yo, Claudio, de Robert Graves. Ninguna de las espinas me defraudó.

Sobre Roma no voy a extenderme: solo decir que es una ciudad museo increíble, que tiene la capacidad de sorprenderte en cada esquina, que algún día volveré (para eso eché la moneda en la Fontana de Trevi), que el Lambrusco está riquísimo y que viva la pasta y el parmesano.



Sobre Yo Claudio me extenderé un poco más (principalmente porque de esto va la entrada y el blog): en primer lugar tengo que decir que, si te atrae el mundo del imperio romano, con sus intrigas familiares y de Estado y sus sangrientas purgas, es una novela histórica que no te puedes perder.



Graves la publicó en 1934 y con el paso del tiempo se convirtió en uno de los grandes clásicos del siglo XX.

Desde que se empieza, engancha. Inolvidable (y ya clásico) es el comienzo:

Yo, Tibero Claudio Druso Nerón Germánico Esto-y-lo-otro-y-lo-de-más-allá (porque no pienso molestarlos todavía con todos mis títulos), que otrora, no hace mucho, fui conocido de mis parientes, amigos y colaboradores como "Claudio el Idiota" o "Ese Claudio", o "Claudio el Tartamudo" o "Clau-Clau-Claudio", o, cuando mucho, como "El pobre tío Claudio", voy a escribir ahora esta extraña historia de mi vida.


Así comienza a contar la extraña historia de su vida un hombre que se dirige, de una manera confidencial, a la posteridad.

Esta supuesta "autobiografía", que fue objeto de una excelente adaptación televisiva por la BBC, está considerada una de las mejores novelas históricas del siglo XX. Su protagonista, que llegará a ser emperador romano en contra de sus deseos, recrea una época brillante y sombría, maravillosa y cruel por la que pasan personajes tan inquietantes como el propio Augusto, Tiberio, Octavia, Marco Antonio, Livia, Julia, Agripina, Germánico, Nerón, Lesbia o Calígula. (los personajes femeninos tienen una fuerza increíble). Con la multitud de personajes que aparecen puede uno perderse, pero el libro incluye un útil árbol genealógico para no perder las referencias. Es, por otro lado, una novela en la que se recrea con una gran fidelidad y detalle las costumbres y cultura de una época que es alucinante.

A veces, cuando estoy leyendo un libro, subrayo frases que me llaman la atención. De este, me quedé con la que sigue:

Siempre se jactaba de sus antepasados, como lo hace la gente estúpida que tiene conciencia de que ella misma no ha hecho nada digno de jactancia.


Así que si queréis y tenéis ganas de pasar un rato divertido, enfrascaros en una novela que enganche y empaparos con las intrigas de los romanos, ya sabéis.


- Más sobre Yo, Claudio en Bibliópolis.
- Descargar el libro en Links Olé.
- Idus. El Imperio Romano (con amplia información sobre la época).
- Hay buena información sobre Roma en En Roma, en Rome-Turism y, por supuesto, en la Wikipedia.
- Sobre Claudio.


[Imagen del Foro Romano: Cristina Rivero de Aguilar]

La llamada de lo salvaje, Jack London

Poseía la astucia salvaje del lobo, y la inteligencia del pastor y del San Bernardo; y todo ello, sumado a una experiencia adquirida en en la más feroz de las escuelas, hacían de él una criatura tan formidable como las que vagaban por la naturaleza [...] Cuando Thornton le pasaba una mano acariciadora por el lomo, el pelo chisporroteaba liberando su magnetismo estático al contacto. Cada parte de su mente y cuerpo, cada tejido y fibra nerviosa, estaba perfectamente sintonizado, y entre todas las partes existía un equilibrio o ajuste perfecto [...]



Decidí proponer este libro como lectura obligatoria durante la 1ª evaluación para los alumnos de 1º de la ESO y tengo que decir que acerté de pleno porque les encantó a todos sin excepción.

En esta novela, Jack London trata con gran realismo el tema de la lucha por la supervivencia. Relata la historia de Buck, un perro observador, intuitivo y astuto, que vive plácidamente en una soleada finca hasta que un día un desalmado individuo lo vende para convertirlo en un perro de trineo. Observando su entorno, aprenderá cómo ha de comportarse en las situaciones nuevas y cómo puede adaptarse al gélido ambiente de los bosques boreales. Gracias a sus cualidades físicas y a su instinto, podrá enfrentarse a los peligros que lo acechan, hasta llegar a convertirse en una leyenda.

La llamada de lo salvaje no solo es una bonita historia (en ocasiones muy dura) sino que habla de valores como el respeto hacia los animales, la adaptación a un medio hostil, el valor de la amistad, el no darse nunca por vencido ante las situaciones más adversas, el autoaprendizaje, el individualismo, la lucha por la vida o la búsqueda de la propia identidad.

London es un narrador eficaz que combina los pasajes cómicos y los trágicos, que sabe mantener la expectación y la tensión en el lector ante los acontecimientos que se desarrollan. Desde el punto de vista narrativo, consigue, a pesar del uso de la tercera persona, superar la omnisciencia del narrador y presentarnos los hechos desde la perspectiva de Buck.

Aunque existen varias ediciones del libro, yo me decidí por la de la editorial Teide ya que contiene una guía de lectura y diversas propuestas de trabajo que seleccioné para que los alumnos profundizaran en la historia y en el autor.

En Ciudad Seva podemos leer, completos, muchos de los cuentos escritos por Jack London.

Sobre el e-book

Dos interesantes artículos sobre lo que piensan los editores españoles con respecto al libro digital y una guía comparativa de ebooks:

El libro digital gana el primer asalto, en El País:

"Virgencita, Virgencita, / nuestra señora lectora, / líbranos de todo mal, / haznos llegar a la hora / con el libro digital". Éstos son cuatro de los versos con los que ha felicitado la Navidad la editorial Edhasa. Impresos al dorso de una Virgen kitsch con un libro en las manos, resumen el estado de ánimo de la industria española del libro respecto al futuro digital. (Leer más)


Los editores españoles van a equivocarse con el e-book, en eConectados:

Hoy leo con asombro un artículo de El País con opiniones y planes de los editores de libros españoles. Y digo con asombro porque pensaba que ya tenían la ruta fijada y sabían cómo no equivocarse, pero veo que tanto editores como libreros van a seguir con el “pan para hoy y hambre para mañana“. (Leer más)

Guía para comprar un libro electrónico, en Soitu:

Son caros, difíciles de encontrar en España, su tecnología aún está en pañales y te condenarán a arrastrarte de foro en foro buscando contenidos y trucos para convertir de un formato a otro. Pero los geeks y grandes lectores que lo han probado están encantados con ellos. (Leer más)

Collejeros: enganchados al libro

Uno de los mejores sketchs (para mí) del programa de fin de año de José Mota fue esta parodia de Callejeros en la que unos jóvenes están "peligrosamente" enganchados a los libros.

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