Hoy se celebró el acto de entrega de los Premios Príncipe de Asturias en Oviedo.
El Premio de las Letras fue para Aamin Maalouf, escritor libanés que lleva varios años viviendo en París tras el estallido de la guerra civil en su país natal.
El Premio de las Letras fue para Aamin Maalouf, escritor libanés que lleva varios años viviendo en París tras el estallido de la guerra civil en su país natal.
De su discurso, me quedo con su importantísima (por ser tan necesaria) reivindicación que hace de la cultura, especialmente hoy en día, un mundo al revés en el que parece que cuanto más inculto seas, más consideración social tienes.
La cultura no es un lujo que podamos permitirnos sólo en las épocas faustas. Su misión es formular las preguntas esenciales. ¿Quiénes somos? ¿Dónde vamos? ¿Qué pretendemos construir? ¿Qué sociedad? ¿Qué civilización? ¿Y basadas en qué valores? ¿Cómo usar los recursos gigantescos que nos brinda la ciencia? ¿Cómo convertirlos en herramientas de libertad y no de servidumbre?
Este papel de la cultura es aún más crucial en épocas descarriadas. Y la nuestra es una época descarriada. Si nos descuidamos, este siglo recién empezado será un siglo de retroceso ético [...] Se recrudecen las afirmaciones identitarias, violentas en muchísimas ocasiones y, en muchísimas ocasiones, retrógradas; se debilita la solidaridad entre naciones y dentro de las naciones; pierde fuelle el sueño europeo; se erosionan los valores democráticos; se recurre con excesiva frecuencia a las operaciones militares y a los estados de excepción... Abundan los síntomas.
Y yo me pregunto: ¿cuándo empezaremos a escuchar a los que, de verdad, tienen algo que decir?
[Discurso íntegro]
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