La retórica: ars bene dicendi

La retórica es el arte de bien decir (ars bene dicendi), de dar al lenguaje escrito o hablado eficacia bastante para deleitar, persuadir o conmover.

Su curioso origen es completamente ajeno a la literatura: en el siglo V a.C., en Siracusa, los tiranos Gelón e Hierón realizaron expropiaciones de tierras, que más tarde, con el advenimiento de la democracia, serían anuladas; esta situación provocó numerosos pleitos por derechos de propiedad, en los que se advirtió el valor de la elocuencia para defender causas judiciales.

Simultáneamente, desde una perspectiva política, la propia democracia cimenta la importancia de la persuasión verbal. Además del discurso judicial y político, el elogio funerario, en el que se trata de demostrar convincentemente las virtudes del difunto, también entraría en el radio de acción de la nueva disciplina. Es en este contexto en el que comienza a desarrollarse la enseñanza de la retórica.




Imagen de Quintiliano, el mejor profesor de retórica del mundo antiguo, junto con Isócrates, que dijo cosas tan inteligentes como 

Lo que tú mismo odias, no se lo hagas a nadie

que podría convertir en mi lema, porque siempre voy diciendo que nunca hay que hacer lo que no quieres que te hagan a ti.

Hay más frases de Isócrates en la web Inspiraa.








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