Los intentos de fuga de Cervantes en Argel

Miguel de Cervantes Saavedra, novelista, poeta y dramaturgo español, se cree que nació el 29 de septiembre de 1547 en Alcalá de Henares y murió el 22 de abril de 1616 en Madrid, pero fue enterrado el 23 de abril y popularmente se conoce esta fecha como la de su muerte. Es considerado la máxima figura de la literatura española. Es universalmente conocido, sobre todo por haber escrito El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, sobre la que muchos críticos han descrito como la primera novela moderna y una de las mejores obras de la literatura universal. Se le ha dado el sobrenombre de Príncipe de los Ingenios.

Cervantes siempre se mostró muy orgulloso de haber luchado en la batalla de Lepanto, que para él "fue la más alta ocasión que vieron los siglos pasados, los presentes, ni esperan ver los venideros".


Batalla de Lepanto

Durante su regreso desde Nápoles a España a bordo de la galera Sol, una flotilla turca hizo presos a Miguel y a su hermano Rodrigo. Fueron capturados y llevados a Argel. Cervantes es adjudicado como esclavo. Sus raptores pensaron que era una persona muy importante y con dinero por unas cartas que llevaba a la corte española, así que pensaron que podrían conseguir un buen rescate. Pidieron quinientos escudos de oro por su libertad, pero era una suma imposible de conseguir por su familia.

Cervantes en Argel

En los cinco años de aprisionamiento, Cervantes, un hombre con un fuerte espíritu y motivación, trató de escapar en cuatro ocasiones. Para evitar represalias en sus compañeros de cautiverio, se hizo responsable de todo ante sus enemigos. Prefirió la tortura a la acusación.

El primer intento de fuga fracasó, porque el moro que tenía que conducir a Cervantes y a sus compañeros a Orán, los abandonó en la primera jornada. Los presos tuvieron que regresar a Argel, donde fueron encadenados y vigilados más que antes. Mientras tanto, la madre de Cervantes había conseguido reunir cierta cantidad de ducados, con la esperanza de poder rescatar a sus dos hijos. Como la cantidad no era suficiente para rescatar a los dos, Miguel prefirió que fuera puesto en libertad su hermano Rodrigo, quien regresó a España. Rodrigo llevaba un plan elaborado por su hermano para liberarlo a él y a sus catorce o quince compañeros más.

En el segundo intento de fuga, Cervantes se reunió con los otros presos en una cueva oculta, en espera de una galera española que vendría a recogerlos. La galera, efectivamente, llegó e intentó acercarse por dos veces a la playa pero, finalmente, fue apresada. Los cristianos, escondidos en la cueva, también fueron descubiertos debido a la acusación de un cómplice traidor, apodado El Dorador. Cervantes se declaró como único responsable de organizar la evasión e inducir a sus compañeros. El gobernador turco de Argel, Azán Bajá, lo encerró en su "baño" o presidio, cargado de cadenas, donde permaneció durante cinco meses.

El tercer intento lo trazó Cervantes con la finalidad de llegar por tierra hasta Orán. Envió allí a un moro fiel con cartas para Martín de Córdoba, general de aquella plaza, explicándole el plan y pidiéndole guías. Sin embargo, el mensajero fue preso y las cartas descubiertas. En ellas se demostraba que era el propio Miguel de Cervantes quien lo había tramado todo. Fue condenado a recibir dos mil palos, sentencia que no se realizó porque muchos intercedieron por él.
[Página manuscrita de El trato de Argel, en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes]

El último intento de escapar se produjo gracias a una importante suma de dinero que le entregó un mercader valenciano que estaba en Argel. Cervantes adquirió una fragata capaz de transportar a sesenta cautivos cristianos. Cuando todo estaba a punto de solucionarse, uno de los que debían ser liberados reveló todo el plan a Azán Bajá. Como recompensa el traidor recibió un escudo y una jarra de manteca. Azán Bajá trasladó a Cervantes a una prisión más segura, en su mismo palacio. Después, decidió llevarlo a Constantinopla, donde la fuga resultaría una empresa casi imposible de realizar. De nuevo, Cervantes asumió toda responsabilidad.

En mayo de 1580, llegaron a Argel los padres Trinitarios (esa orden se ocupaba en tratar de liberar cautivos, incluso se cambiaban por ellos) quienes se ocuparon de recolectar entre los mercaderes cristianos la cantidad para el rescate. La reunió cuando Cervantes estaba ya en una de las galeras en que Azán Bajá zarparía rumbo a Constantinopla, atado con "dos cadenas y un grillo". Gracias a los 500 escudos tan arduamente reunidos, Cervantes pudo ser liberado y regresó, al fin, a España con otros cautivos también rescatados.


Enlaces de interés:

- Amplia biografía de Miguel de Cervantes en Torre de Babel, con más detalles sobre este capítulo de su vida.
- En la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes puede leerse la obra de teatro El trato de Argel en la que recrea sus años de cautiverio. Desde esta página puede accederse a sus obras completas.
- Enlace a la biografía de Miguel de Cervantes, la batalla de Lepanto y a la Orden de los Trinitarios en Wikipedia.

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